El estilo de vida mediterráneo, y no solo la dieta, puede mejorar considerablemente su salud
Por Laura Williamson, 91ÊÓƵ News
Mucho se sabe acerca de los beneficios para la salud cardíaca de la adopción de una dieta estilo mediterráneo, con su gran énfasis en granos integrales, frutas, verduras, pescados y aceites saludables. Pero, ¿qué hay con el resto del estilo de vida mediterráneo?
Sin llegar al extremo de tenderse en las playas del sur de Italia o de una isla griega, ¿podría la adopción de un enfoque hacia la vida relajada, cenas en familia, siestas y sólidos vínculos comunales también mejorar la salud?
Un grupo de investigadores exploró que sucedería si británicos de mediana edad y mayores –que viven a unas 1,500 millas al noroeste del mar Mediterráneo y su forma de vida distendida– adoptaran no solo la dieta, sino también la actividad física y los hábitos sociales de sus vecinos sureños. Y encontraron que entre más se adherían a este tipo de vida, menor era su riesgo de morir de cáncer, enfermedad cardiovascular y otras afecciones de salud.
, presentadas el martes en el congreso Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica de la 91ÊÓƵ en Boston, se consideran preliminares hasta que se publiquen los resultados completos en una revista evaluada por colegas.
"Este estudio sugiere que la adopción de un estilo de vida mediterráneo adaptado a las características locales de poblaciones no mediterráneas es posible y puede ser parte de un estilo de vida saludable", dijo la investigadora senior del estudio, Mercedes Sotos-Prieto, profesora adjunta del departamento de medicina preventiva y salud pública de la Universidad Autónoma de Madrid, España. Ella es también profesora adjunta en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Boston.
La investigación previa ha mostrado que los hábitos alimenticios equilibrados al estilo mediterráneo ayudan a proteger contra la enfermedad cardiovascular y reducen el riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrales. En este último estudio, los investigadores analizaron el impacto de otros factores del estilo de vida mediterráneo –incluso la actividad física, el descanso, los hábitos sociales y la convivialidad– en 110,799 adultos de mediana edad y mayores viviendo en Inglaterra, Escocia y Gales.
Los participantes se extrajeron de UK Biobank, un estudio multicéntrico basado en población de personas entre las edades de 40 y 75 años quienes no tenían cáncer ni enfermedad cardiovascular al momento de inscribirse, entre el 2009 y el 2012. Se les dio seguimiento hasta el 2021.
Para cuantificar su adherencia al estilo de vida mediterráneo se usó un índice MEDLIFE de 25 puntos. El índice se dividió en tres grupos: consumo de alimentos mediterráneos (12 puntos), que estudió lo que comían las personas; hábitos dietéticos mediterráneos (7 puntos), que estudió factores adicionales como meriendas, sal añadida a las comidas o preferencias por granos integrales sobre granos refinados; y otros factores del estilo de vida (6 puntos).
El último grupo incluyó preguntas sobre aspectos como si las personas tenían sus comidas en compañía de familiares y amigos (convivencia); participaban en actividades físicas con otros, por ejemplo, si salían a caminar juntos; con cuánta frecuencia se reunían con familiares y amigos (hábitos sociales); y cuanto dormían, tanto en la noche como durante siestas (descanso).
Después de un tiempo de seguimiento medio de 9.4 años, se usaron certificados de defunción para comparar los índices de muertes por cáncer, enfermedad cardiovascular y todas las otras causas entre aquellos con las puntuaciones más altas y más bajas del índice MEDLIFE. El análisis mostró que, entre más las personas se adherían al estilo de vida mediterráneo, menor era su riesgo de morir por cáncer u otra causa.
Específicamente, en comparación con aquellos con las puntuaciones más bajas del índice MEDLIFE, los adultos con mayor adherencia al estilo de vida mediterráneo tuvieron un riesgo de morir debido a cualquier causa 29% menor y un riesgo de morir de cáncer 28% menor. Las puntuaciones más altas para cada uno de los tres grupos del índice MEDLIFE estuvieron relacionadas con menores riesgos de muerte debido al cáncer y a todas las otras causas. Las puntuaciones más altas para el tercer grupo, relacionado con actividades de estilo de vida, también estuvieron asociadas con menores riesgos de muerte por causas cardiovasculares.
El estudio resalta los papeles importantes que tienen la comunidad y la participación social en la buena salud, dijo Marie-Pierre St-Onge, profesora adjunta de medicina y directora del Center of Excellence for Sleep and Circadian Research en Columbia University, en la ciudad de Nueva York.
"El estilo de vida mediterráneo contempla interacciones con otras personas", dijo ella, un componente que es de particular importancia para las personas a medida que envejecen. Los estudios han mostrado que el aislamiento social puede aumentar el riesgo de una persona de tener o morir de un ataque cardíaco o derrame cerebral.
Las conclusiones enfatizan por qué "debemos prestar atención a otros aspectos del estilo de vida, más allá de la mera actividad física", dijo St-Onge, quien no participó en el estudio. "Quizá tengamos que estudiar más y más esos factores sociales".
Algo que el estudio no exploró y que sería de interés en estudios futuros es el impacto del estrés, dijo ella. "Cuando piensas en el estilo de vida mediterráneo, piensas en vivir a un ritmo más lento, pero este estudio no parece capturar eso".
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