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Mantener su presión arterial dentro de los rangos aceptables puede mantenerlo más saludable por más tiempo. Los niveles inferiores a 120/80 mm Hg son óptimos. La presión arterial alta se define como una presión sistólica de 130 a 139 mm Hg (el número superior en una lectura) o una presión diastólica de 80 a 89 mm Hg (número inferior).

Los adultos hispanos tienen una de las mayores prevalencias de presión arterial mal controlada en comparación con cualquier otro grupo étnico racial en los Estados Unidos.

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Los niveles altos de colesterol no HDL o “malo” pueden provocar enfermedades cardíacas. Su profesional de la salud puede considerar el colesterol no HDL como el número preferido que monitorear, en lugar del colesterol total, ya que se puede medir sin ayuno de antemano y se calcula de manera confiable entre todas las personas.

Entre los adultos hispanos/latinos con colesterol alto, casi la mitad (49.3%) desconocían su condición, y solo el 29.5% recibió tratamiento.

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La mayoría de los alimentos que comemos se convierten en glucosa (o glucemia) que nuestro organismo utiliza como energía. Con el tiempo, los niveles elevados de glucemia pueden dañar el corazón, los riñones, los ojos y los nervios. Como parte de las pruebas, el monitoreo de la hemoglobina A1c puede reflejar mejor el control a largo plazo en personas con diabetes o prediabetes.

Las personas hispanas o latinas son más propensas a tener diabetes tipo 2. Por lo tanto, debemos prestar mucha atención a nuestra nutrición.

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